Después de vivir en este país, ya no me cabe la menor duda de que es más fácil aprender a hablar inglés que español, porque he ido comprobando que ni entre nosotros mismos nos entendemos. Si digo cambur, me preguntan qué es eso y a continuación la retahíla de definiciones: guineo, topocho, manzano, titiaro, para terminar con la palabra en inglés: banana. (o banano como dicen en otros países).
Lo mismo me sucede con la palabra tobo, que es una cubeta o balde. O coleto, que es un mapo (sí de la palabra mop en inglés), lampazo o trapeador. Y ya me olvidé de pedir caraotas negras en un restaurante si no viene acompañado de la explicación frijoles o habichuelas, para terminar diciendo beans.
Tamaña vergüenza me sucedió con un mexicano el día que se me ocurrió pedirle la cola. Los ojitos se le abrieron como comiquita japonesa, y más aún cuando le dije que después nos podíamos caer a palos… Algo tan simple como pedir un aventón y que después nos tomáramos unos traguitos…
Hay palabras que estando en el diccionario de la Real Academia Española debemos pensar dos veces antes de decir: chaqueta, concha, vaina, bicho, pepa e inclusive hasta el verbo coger. Y no se trata de que puedan tener doble sentido. Realmente son palabras que pueden llegar a resultar ofensivas y sin saberlo, hacernos quedar como unos grandes maleducados.
Los que hablamos español, además de contar con un rico y extenso vocabulario, contamos con la chispa de hablar con dichos (proverbios suena muy aburrido) y la picardía del doble sentido. Por eso es que creo que somos tan creativos y divertidos.
Decimos “es que se cree la tapa del frasco” (para connotar que alguien es un creído) o “le vas a preguntar al muerto si quiere misa” (para afirmar algo que es obvio). O “cachicamos diciéndole a morrocoy conchudo” (cuando una persona critica a otra por algo que ella misma hace). Y es aquí cuando se monta la gata en la batea (es decir comienzan los problemas) porque a pesar de estar hablando todos en español, sencillamente no nos entendemos…
O tal vez no nos entendamos al principio, porque al final con la convivencia de tantos países de habla hispana, lo que habremos logrado es ampliar nuestro maravillosos español.